Está comprobado que hacer ejercicio moderado, como la natación, ayuda a liberar tensiones acumuladas durante el día, mejora la circulación y regula el ritmo del sueño. Además, como se trata de una actividad que involucra todo el cuerpo y requiere coordinación y respiración profunda, también reduce los niveles de estrés y ansiedad, lo que facilita quedarse dormido más rápido y descansar mejor. Incluso hay estudios que demuestran que personas con insomnio han mejorado su calidad de sueño al incorporar la natación a su rutina semanal. Así que si estás buscando una forma natural de dormir más profundamente, quizá la solución está en el agua.
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