Cuando uno empieza a nadar es normal cometer errores, pero saber cuáles son te puede ayudar a avanzar más rápido y con confianza. Uno de los más comunes es aguantar la respiración en vez de exhalar bajo el agua, lo que genera tensión y fatiga. Otro es mover los brazos sin coordinar con las piernas, lo que te hace gastar más energía de la necesaria. También muchos olvidan relajar el cuerpo, y eso impide flotar bien. Un error típico es intentar nadar rápido desde el inicio, cuando lo mejor es concentrarse primero en la técnica. Por último, está el clásico de no usar gafas o equipo adecuado, lo que puede hacer que te sientas incómoda o insegura. Evitar estos errores desde el comienzo te va a ayudar a disfrutar más del proceso y a sentirte más libre en el agua.
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